Había una vez un hombre que sabía algo. Por esta razón lo colocaron en un púlpito. Después lo metieron en una cárcel. Después lo internaron en un manicomio. Después lo encerraron en un hospital.
Aquel domingo 4 de diciembre de 1994, Lima amaneció con una noticia que avanzó con la lentitud de lo irreversible: Julio Ramón Ribeyro (1929-1994) había muerto en la madrugada, a los 65 años.
Si Roberto Bolaño debió ser vigilante nocturno de un camping en Barcelona para poder sustentarse, Julio Ramón Ribeyro fue el portero de un hotel en París. En rigor, primero había llegado a España, en ...
En julio de 1976 Julio Ramón Ribeyro (1929-1994) escribió: “Lo que quedará de mí será lo que escriba y todo lo demás carece completamente de importancia”. A los 47 años, el escritor peruano narraba en ...